Columna de la escritora Jossibell Lema, autora de ‘Elegida para la eternidad’

Muchas personas jóvenes y adolescentes recurren a la literatura juvenil, principalmente porque se destaca en que sus protagonistas son adolescentes quienes viven experiencias con las que se pueden relacionar y en algunos casos las historias de estos libros contienen alta ficción. Sin embargo, en Perú, el leer literatura juvenil tiene un “estigma” ya que muchas personas consideran que leer clásicos o literatura peruana te hace ser un mejor lector y hace que lo culto corra por tus venas, cuando en realidad lo que se pretende hacer con cualquier temática de libro juvenil es que puedas encontrar el libro correcto e incentivar la lectura.
Como lo dijo alguna vez J. K. Rowling, escritora de la saga de libro de Harry Potter “no existen las personas que no le guste leer, solo que no han encontrado el libro correcto”. Esto ocurre con la mayoría de personas, en especial en nuestro país.
En la época de colegio, recuerdo que imponían la “hora lectora” para lo cual se contaba con una lista de amplia gama de libros clásicos y mayormente aburridos para la escasa edad de 12 años (primero de secundaria). Estos son libros inadecuados, según mi criterio, ya que sería mucho más interesante si al adolescente se le diera la libertad de llevar un libro de su agrado en la hora lectora, y así también pueda compartir ese gusto con otros compañeros.
Cuando tenía 10 años y estudiaba en un colegio de primaria en california también teníamos una hora para leer, pero el libro seleccionado dependía de nosotros. Recuerdo en esa época que había ferias de libros en donde podían encontrase a diferentes editoriales, y tengo un especial aprecio a la editorial “Schoolastic” ya que gracias a ellos comencé a leer el Capitan Calzoncillos, ya que fue el primer libro de niños que pude encontrar en español. Por otro lado, mi madrina Josephine, como era maestra de otra escuela, tenía acceso a los catálogos de “Scholastics” y me empezó a comprar libros en español para niños. Aún recuerdo mi primer libro por los protagonistas que eran niños y vivían experiencias con las que me podía identificar; este libro fue Narnia. Después leí Harry Potter, el cual lo encontré en la biblioteca de la cuidad de Hayward, en donde encontré una amplia gama de libros de niños y adolescentes. Luego fui explorando más libros para niños, pero esta vez en inglés y el primero que leí fue Amelia Bedellia.
Cuando fui creciendo y regresé a Perú comencé a explorar libros clásicos por mi cuenta, como Macbeth, El perfume, Crimen y castigo, El retrato de Dorian Grey, Sherlock Holmes, Dracula y muchos otros más.
Más adelante, también leí Crepúsculo, Diario de vampiros, The secret circle y entre otros libros para adolescentes. A pesar que todos digan de que es literatura “basura”, me hizo querer leer más y sumergirme en diferentes mundos como el de Julio Verne (si ya sé que es un clásico) pero hizo que me impulsara a seguir buscando más libros, nuevos mundos y más historias.
La literatura juvenil está estigmatizada en el país, pero si queremos llegar a ser un país lector como Finlandia se debe de tener en cuenta que cualquier consumo de literatura es bueno. Es necesario darse cuenta que quizá uno de esos libros que tanto se juzga sea el elegido para que catapulte a alguna persona al mundo de la literatura o ayude a quien tuvo una mala experiencia con un libro en el colegio en la “hora lectora”.
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Qué gran verdad! A saber cuántas personas serían ahora lectoras de haber recibido otra educiación.
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