COLUMNA LITERARIA: Cuando el amor duele: un romance sin cuentos de hadas

Columna de Alejandro Castro Mannarelli, escritor

Recuerdo cuando empecé a leer novelas de romance como Los ojos de mi princesa, de Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Sentía que me gustaba, pero no me llenaba del todo. Muchas veces encontramos que los personajes nos identifican, y eso nos emociona. Sin embargo, la corriente del romanticismo tradicional siempre me ha sido esquiva debido a lo que considero demasiada miel.

Es por estas épocas, en mi temprana adolescencia, cuando encontré que el amor no siempre es tan bonito como cuentan las novelas y que un toque de realismo y oscuridad puede generar que uno se identifique más con el personaje principal y con la trama, lo que te envuelve en un torbellino de romance, tristeza, felicidad y oscuridad.

La primera vez que leí el poema Annabel Lee, de Edgar Allan Poe, y pude leer entre sus versos cómo un ser humano puede llegar a amar tanto a alguien, pero perderle y ver cómo su mundo cae a pedazos, me fascinó. Pensé en una historia que pudiera llevar al ser humano a enamorarse, reír de felicidad y llorar amargamente, lo que me llevó a investigar más sobre este género literario: el romance oscuro. Surge en el siglo XIX como una derivación de lo que podríamos considerar romance clásico. En esas épocas se leía mucho sobre la belleza del ser humano y lo que lo rodeaba, pero evitaban escribir sobre algo importantísimo en la naturaleza de todas las personas: los errores, la culpa, el dolor y otros aspectos sombríos propios de nuestra especie.

Si pudiéramos contar una historia de amor y todo lo hermoso que esto conlleva, pero elevarlo de manera sombría y turbia, manifestaríamos una vulnerabilidad y fragilidad moral que haría que cualquier persona que se haya enamorado o le hayan roto el corazón se sintiera satisfecha e identificada con la misma.

Lo más interesante de la literatura de romance oscuro radica en cómo representa los aspectos más profundos y oscuros del ser humano, así como su bondad e inclinación al amor. Genera una dualidad que logrará que no puedas dejar de leer, rías y llores con cada página. Me gusta pensar que este género logra que lo hermoso y atrayente del amor adquiera matices turbios y oscuros.

En mi saga de libros El lamento de un lunático y su secuela, Catarsis, explorarás la historia de Matt Grand, un hombre atormentado por un amor que, a pesar de ser correspondido, no tendrá al destino de su lado. Recorrerás con él su travesía por la vida, desde la adolescencia hasta su joven adultez, esperando vivir aquello que lo haga sentir vivo sin morir en el intento. La leyenda del Lunático se extenderá por años, llegando a una pareja que estará ligada no solo a Matt, sino también a un antiguo dios oscuro.

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