Titivillus, el demonio medieval de los errores ortográficos

Hola, lectores. Hoy les dejo un breve relato de terror escrito por Mirza Mendoza. Si quieres saber más de la autora, puedes visitar sus redes sociales dando clic AQUÍ

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Ese infame roba mis adverbios, juega con los artículos de mis textos, los cambia a su gusto. Me obliga a errar, a equivocarme constantemente. Devora mis palabras, me deja sin piso. Me hinca con su tridente y produce con su asedio que confunda el tiempo de los verbos.
Por las noches antes de conciliar el sueño, me recuerda que obvié una palabra clave en mi último relato. Me lo susurra. Lo odio, me tapo la cabeza con la almohada. Le digo en voz baja que se largue. «Déjame en paz, solo soy una escritora que quiere escribir correctamente, ya no me atormentes más, que los lectores me perdonan». Ríe mostrando sus afilados dientes. Despierto y finjo no verlo, simulo que no existe cuando estoy sentada en mi mesa lista para empezar a escribir. En tanto él lame un pronombre y se vacila sobre mí, indicando que debería hacer así o asá. Por ratos no molesta, hasta que !zas! otro error de sintaxis, visto luego de un tiempo, me recuerda su existencia. Sale por detrás de la laptop con mis comas y puntos entre sus largos dedos y me mira triunfante.
—Maldito demonio, tendré que convivir contigo hasta que venga alguien a salvarme. Un corrector profesional o alguna experta en gramática.
—Sigue escribiendo querida, me regocijo con tu llanto y tu pésima ortografía.
Lo que él no sabe es que por ratos es minúsculo y transparente. Sigo escribiendo, rabiosa por su exhortación, viendo la forma en que un día ya no se burle de mí ni se alimente de mi mala redacción. Ese día, tal vez, lo extrañaré.

¿QUIÉN ES TITIVILLUS?

Titivillus o Tutivillus es un demonio que durante la Baja Edad Media se creía que trabajaba en nombre de Belfegor, Lucifer o Satanás para introducir errores en el trabajo de los escribas.

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